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Novela histórica
Tamaño 17 x 24 cm. / 154 páginas
¿Somos fruto de la casualidad?
Este simple interrogante es tal vez el que motivó la incesante búsqueda de información que culminó en “De Londres a las Pampas 2”, sin siquiera arribar a una aproximación de respuesta concreta a la pregunta. Sin embargo, me permitió ver cómo se fue configurando el camino generacional que tuvo como destino mi propia vida.
“God does not play dice” –Dios no juega a los dados– dijo Einstein en 1926, lo cual fue interpretado como que hay un determinismo subyacente en todo. No obstante, todo ser humano es fruto del milagro aleatorio de supervivencia genética continuada en la trayectoria vital de cada uno de los que adquirieron aquellas características iniciales.
En el otoño de su vida, este gran sabio expresó que: “If God created the world, his primary concern was certainly not to make its understanding easy for us” –Si Dios creó el mundo, su preocupación principal ciertamente fue no hacer fácilmente comprensible su entendimiento para nosotros–.
Realmente, el increíblemente tortuoso camino recorrido por los que nos precedieron, antes de legarnos el patrimonio de la vida, es un misterio inconmensurable.
Cada uno vivió como pudo, en su propio tiempo y lugar. Hay un poco de todo y de todos dentro nuestro, en proporciones variables que nos convierten en seres únicos e irrepetibles, por lo cual sólo cabe agradecerles su existencia.
Novela histórica
Tamaño 17 x 24 cm. / 154 páginas
¿Somos fruto de la casualidad?
Este simple interrogante es tal vez el que motivó la incesante búsqueda de información que culminó en “De Londres a las Pampas 2”, sin siquiera arribar a una aproximación de respuesta concreta a la pregunta. Sin embargo, me permitió ver cómo se fue configurando el camino generacional que tuvo como destino mi propia vida.
“God does not play dice” –Dios no juega a los dados– dijo Einstein en 1926, lo cual fue interpretado como que hay un determinismo subyacente en todo. No obstante, todo ser humano es fruto del milagro aleatorio de supervivencia genética continuada en la trayectoria vital de cada uno de los que adquirieron aquellas características iniciales.
En el otoño de su vida, este gran sabio expresó que: “If God created the world, his primary concern was certainly not to make its understanding easy for us” –Si Dios creó el mundo, su preocupación principal ciertamente fue no hacer fácilmente comprensible su entendimiento para nosotros–.
Realmente, el increíblemente tortuoso camino recorrido por los que nos precedieron, antes de legarnos el patrimonio de la vida, es un misterio inconmensurable.
Cada uno vivió como pudo, en su propio tiempo y lugar. Hay un poco de todo y de todos dentro nuestro, en proporciones variables que nos convierten en seres únicos e irrepetibles, por lo cual sólo cabe agradecerles su existencia.
